El mes de Elul: tiempo de
Piedad y Perdón.
El mes de Elul, último mes del calendario hebreo, nos
envuelve con sus días en una suerte de desafío espiritual único.
Los cuarenta días entre Rosh Jodesh Elul
y Yom Kipur son más
propicios para el arrepentimiento que cualquier otro período del año, son días
de la misericordia y el favor Divinos. Aunque
el Todopoderoso acepta el arrepentimiento de sus hijos todo el año, estos días
son convenientes para el arrepentimiento. En Rosh Jodesh Elul, Moisés subió al Monte
Sinaí para recibir las segundas tablas, y esto fue una indicación y la prueba de
que Di-s había aceptado el arrepentimiento de Israel y perdonado por el pecado
del Becerro de oro. Moisés demoró en la
montaña cuarenta días durante los cuales oró a Di-s para perdonar a Israel, y
en Yom Kipur Di-s dijo a Moshé, "he perdonado como me has solicitado" y le
dio el segundo conjunto de tablas. Desde
entonces, estos días han sido designados como días de la buena voluntad Divina,
y el diez de Tishre ha sido observado como un día del
perdón para los judíos.
Elul, como
último mes, como los días (escasos) que preceden al nacimiento de un nuevo
periodo, nos invita a reflexionar, por un lado, y a expresar nuestras pasiones,
por el otro.
El Talmud, en el tratado de Berajot nos relata: "Todos
los días se escucha una voz de los Cielos, como el llanto de una
paloma que exclama: Desgraciados mis hijos, que por sus transgresiones
destruí mi Casa, quemé Mi Templo y los desterré entre
los pueblos del mundo".
Con estas palabras, y en forma simbólica, nos demuestra
el Talmud el dolor Divino por las desgracias del pueblo judío,
palabras que ratifica el Midrash: "Cuando el pueblo de Israel se
encuentra en el destierro, la Divinidad también sale al exilio".
El castigo es sólo un medio educativo para conducirnos
al arrepentimiento y guiarnos por el verdadero camino. Por eso es que
antes del Día del Juicio (Rosh Hashaná), Di-s nos invita
al arrepentimiento, como dijo el Rey Salomón en el Cantar de los
Cantares: "Cuando me vuelco a Di-s, Di-s se vuelca hacia mí".
Con esta alegórica interrelación del judío
con Di-s, con la primera letra hebrea de cada palabra, se forma la palabra
Elul, y el valor numérico (guematria) de la última letra
del versículo (iod = 10) multiplicada por cuatro, nos da cuarenta.
Este número simboliza los cuarenta días de arrepentimiento
que median desde el primer día de Elul hasta el décimo del
mes de Tishré (Yom Kipur).
Costumbres del mes de Elul
Se acostumbra a levantarse antes de la alborada para implorar
a Di-s por la absolución de nuestras transgresiones (Selijot).
Las comunidades sefarditas lo hacen a partir del 1 de Elul, en tanto que
las ashkenazíes comienzan en la última semana del mes. Ambas
comunidades extienden sus plegarias hasta el 10 de Tishré (Yom
Kipur). La razón por la cual se debe madrugar, se basa en el Talmud
que nos enseña que la medianoche y el final de la noche son momentos
propicios para el arrepentimiento.
También se acostumbra a tocar el Shofar todos los
días al finalizar las plegarias de Shajarit y Arbit (excepto en
la víspera de Rosh Hashaná) para recordar y motivar al público
a prepararse espiritualmente para los días que se avecinan.
Hay quienes ayunan en la víspera de Rosh Hashaná
en señal de arrepentimiento, y también se sumergen en la
Mikvé (baño ritual).
Una buena costumbre es visitar las tumbas de nuestros Sabios
y Patriarcas para que ellos rueguen por nosotros como un padre pide por
su hijo.
Estas costumbres, junto con la Tzedaká que se da
a los pobres y necesitados, hacen que cumplamos con la oración
que dice: "El arrepentimiento, las plegarias y la Tzedaká
anulan los malos decretos".
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